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El Páramo más Grande del Mundo en Colombia

El Páramo más Grande del Mundo en Colombia

En la parte oriental de la cordillera de los Andes, la más larga del planeta a nivel continental y que atraviesa Colombia, se encuentra el páramo de Sumapaz, un ecosistema nublado de alta montaña que solo existe en Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia.

El páramo de Sumapaz es el más grande del mundo en su especie. Tiene 333.420 hectáreas de extensión, de las cuales 142.112 hectáreas se encuentran protegidas por el Estado bajo la figura de Parque Nacional Natural Sumapaz.

Este ecosistema abarca aproximadamente el 43% del complejo de paramos más grande del mundo y se ubica entre los departamentos del Meta, Huila, Cundinamarca, y el sur de la ciudad de Bogotá, la capital colombiana.

Este páramo es único, ya que es una de las fuentes de agua más importantes de Latinoamérica. Los procesos naturales que allí suceden permiten que sea una fuente de recurso hídrico para millones de colombianos.

Como un santuario de flora y fauna ha sido descrito el páramo de Sumapaz por muchos amantes y conocedores de temas ecológicos. Para los indígenas muiscas y sutagaos, se trataba de un lugar sagrado que fue su hogar antes de la llegada de los españoles a Suramérica.

Con los años, los nuevos latifundios dieron paso a la producción y explotación agrícola. La ciudad de Bogotá también se extendió considerablemente, lo que generó nuevos asentamientos a sus alrededores.

Cultivos orgánicos

La gran mayoría de los habitantes del páramo de Sumapaz y las zonas aledañas son campesinos que viven de la agricultura.

Según algunos ambientalistas, este lugar se encuentra en peligro ya que la actividad agrícola y el uso de agroquímicos, especialmente en los cultivos de papa, afectan la calidad de la tierra y la pureza del agua.

Sandra Peñalosa es la presidenta de acción comunal de la vereda Arrayanes. Con el tiempo, se ha convertido en una voz de alerta para sus vecinos, a los que trata de concientizar para que las fronteras agrícolas no se sigan extendiendo y, de esta forma, se proteja los procesos naturales que allí suceden, como la producción de agua a partir del frailejón, la planta insignia del páramo.

Esta campesina colombiana desarrolla varios proyectos ecológicos en su casa con el fin de encontrar alternativas para reducir los daños en el ecosistema paramuno. Uno de ellos es un cultivo orgánico de fresas que no necesita químicos y es regado con el agua proveniente del páramo de Sumapaz.

Son pocos los campesinos de la vereda Arrayanes los que intentan esta otra alternativa, mucho más amigable con el medio ambiente. Según Sandra, el producto final es más atractivo cuando se les dice a los compradores que la fruta no contiene químicos. “Estos cultivos tienen una excelente salida porque uno garantiza la calidad y la gente lo compra. En los mercados campesinos que se organizan en las plazas de Bogotá, la gente compra con tranquilidad y a un buen precio porque estamos vendiendo con un plus, y es que la fresa no va con químico de ninguna clase”.

La Organización Nacional para el desarrollo de los Pueblos ONALDEP, visibiliza la importancia de los ecosistemas que como los páramos son fuente de vida y generadores de uno de los recursos naturales más importantes para los seres humanos. De igual forma recordar el recorrido alcance que en materia de legislación de protección de ecosistemas y recursos se ha llevado a cabo en Colombia.